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Entrevista a J.Gelabert El mundo de la traducción

Lexik Translations es una de las mejor consideradas empresas de traducción en el área de Chicago. Somos un equipo de profesores de universidad que dedicamos nuestras vidas profesionales a traducir, enseñar y escribir.

Sus dos fundadores, el Dr. Jaime Gelabert y el Dr. Alrick Knight, son profesores en lingüística y lengua en Loyola University Chicago, y combinan su extensa experiencia como traductores con la de otros expertos de similar talento, trabajando tanto en los Estados Unidos como en el extranjero, y traduciendo para organizaciones como la American Medical Association o el Banco Popular North America (Chicago).

Cabeza de Chorlito: ¿Qué tipos de tradiciones existen?

(literario, poético, técnico, subtítulos… ¿y qué supone cada una. ¿El planteamiento tiene que ser distinto?)

JG: Hay muchos tipos de traducción: técnica (manuales de instrucciones, de artículos científicos), literaria, cultural (películas, obras de teatro, etc.). El planteamiento es totalmente distinto entre el literario, que intenta traspasar la ´voz´ del autor a otro idioma, al técnico, en el que se intenta maximizar la precisión y la claridad. También hay traducción legal (documentos, contratos, herencias, pleitos, etc) en el que la traducción tiene que ser absolutamente escrupulosa, sin dar lugar a dobles lecturas.

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C-CH: ¿Cómo se plantea un trabajo de traducción literario?

¿Cómo se trabaja un texto de autor o literario? Me imagino que hay una parte de interpretación y de investigación para poder entender y respetar el estilo del autor

JG: Por supuesto, hay una parte de investigación. Es muy importante contextualizar el texto y saber respetar la voz del autor. El mejor ejemplo es precisamente hablar de las traducciones que hemos hecho de la obra de Alberto. El estilo de Alberto es muy vivaz, es un narrador que fácilmente te lleva a evocar sus vivencias, sus accidentes de moto, la gente que ha conocido, sus locuras. En ese aspecto, es un tipo de traducción muy grata. En otras ocasiones, hay que hacer un poco más de investigación para trasladar bien ese tono del habla de Madrid (y del Madrid de los setenta y ochenta) a algo que el lector hablante nativo del inglés reconozca. Ahí ya hay un doble trabajo: ¿inglés británico o americano? ¿Podemos darle un sabor urbano? ¿Qué expresiones se usaban en los ochenta en las ciudades en EEUU para ese mundo que nos narra Alberto? Todas estas preguntas y retos, ademȧs de ser extremadamente interesantes, exigen un acercamiento riguroso y detenido para conseguir una traducción fiel del texto.

C-CH: ¿Hay traducciones con las cuales disfrutas más?

JG: Siempre hay traducciones con las que se disfruta más. Yo personalmente disfruto mucho con esos retos sociolingüísticos de convertir una voz en otra, respetando siempre al autor al máximo. Volviendo a los textos de Alberto, ha sido muy agradable traducirlos y ver cómo preservar ese tono original.

C-CH: ¿Consideras que la traducción es un trabajo valorado?

JG: O mucho o nada, no hay término medio. La gente culta, multilingüe y con sensibilidad reconoce y aprecia una buena traducción. Por otro lado, en la mayoría de casos, mucha gente se contenta con traducciones automáticas de Google translator que suelen ser desastrosas. Como pasatiempo, cuando veo traducciones malas (menús de restaurantes, instrucciones en aeropuertos, metros, etc.) hago fotos y las colecciono. Algunas están impresas en papel que es mucho más caro que pagar a un traductor competente.

C-CH: Cada lengua tiene su música. ¿Cómo consigues respetarla y transmitirla a otro idioma?

JG: Eso creo que lo hemos conseguido muy bien entre mi socio, Alrick Knight, y yo. Los dos somos totalmente bilingües. Mis lenguas maternas son el castellano y el catalá (y un poco el francés; mi madre es francesa), y la suya es el inglés.Yo soy un apasionado y un enamorado total del inglés y él del español. Yo viví muchos años en EEUU y él en España y trabajamos en tándem total: gracias a la tecnología trabajamos simultáneamente en un documento, él en Chicago y yo en Barcelona o donde esté y chateamos para contrastar las opiniones de cada uno. La tecnología ha sido una verdadera bendición para los traductores. Personalmente diré que no he conocido a mucha gente no nativa del español que hable y escriba un castellano tan exquisito como Alrick.

C-CH: En castellano hay muchos dichos o expresiones relacionados con el catolicismo, por ejemplo. ¿Cómo puede transmitir lo mismo a otra cultura que no tiene el mismo “inconsciente colectivo”?

JG: Evidentemente no, no se puede, hay que echar mano de otras expresiones. También hay que señalar que muchas expresiones españolas son blasfemas o rozando la blasfemia y la sensibilidad anglosajona es tal que suena mucho peor en inglés una expresión de ese tipo. De igual modo, en español, y sobre todo en el Caribe (estoy pensando en Cuba, país que conozco muy bien), decir ´coño´ es algo que pasa totalmente desapercibido. Lo dicen hombres y mujeres de cualquier edad y en cualquier situación y no pasa nada. En cualquier país anglosajón hay que tener más cuidado con los tacos o palabras malsonantes; son menos aceptadas.

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C-CH: El tema de las expresiones me interesa especialmente. No se pueden traducir “literalmente” porque no son las propias palabras que dan el sentido, sino el conjunto o el conocimiento de su significado. ¿Cómo lo resuelve uno?

JG: Es una pregunta muy buena, y sólo se puede contestar de una manera: siendo un auténtico estudioso de esa lengua y sobre todo de su cultura. Y es imposible captar ese sentido y ese sabor de las expresiones sin haber vivido mucho tiempo en la cultura donde se habla la lengua que uno traduce y sin haber estado con los ojos y oídos muy abiertos.

C-CH: Por ejemplo “estar como Dios”, “Dios nos coja confesados”, “montar un Cristo o montar la de Dios”, “aparecerse la Virgen”, “no ser santo de la devoción”, “ser un vivalavirgen”, “hacer la Pascua donde Cristo perdió el gorro”, “más papista que el Papa”, “la de Dios es Cristo”….

JG: Exactamente, esas expresiones conjugan muy bien la tradición cultural católica española con la irreverencia y desconfianza (ser un vivalavirgen, montar un Cristo) que se ha sentido tradicionalmente por la Iglesia. Es esquizofrénico. No me extraña nada que a algunos extranjeros les parezca extraño y absurdo. Quizá esos mismos extranjeros provienen de países donde la Iglesia no ha tenido el peso cultural, social y económico que ha tenido tradicionalmente en España.

C-CH: ¿A qué otras dificultades te tienes que afrontar?

JG: Ésas que mencionas son las dificultades más notables. Es refinar, pulir, cotejar, contrastar, hasta que das con la expresión si no perfecta, la que más se ajusta al original. Las hay fáciles: ´freeloader´ es ´gorrón´ en castellano, pero, ¿cómo traducir ´cabrearse´? Hay varias alternativas: ´to get angry; get pissed (off) (pissed y pissed off son muy similares pero no idénticas); flip out; get mad as hell, y otras más del estilo. Hay otras traducciones también, dependiendo del contexto y el tono, y aún más, dependiendo también de la época que se quiera reflejar. Así, para un texto de los años 50 y 60, usaríamos ´to tee off´ o ´tick off someone´. Pero para los años 90 no sería aventurado decir, como Bart Simpson, ´don´t have a cow´.

Incluso en vocablos que no son expresiones sino sustantivos, ¿cuánto tiene de empollón un ´geek´? ¿Y un ´nerd´? Ésas son las cuestiones que ocupan gran parte de nuestro tiempo y que nos apasionan.

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C-CH: La sensibilidad y el amor a las palabra tienen que ser obligatorios para trabajar en la traducción. ¿De dónde te ha venido?

Yo creo que todos tenemos un talento innato. Vengo de una familia artística y ya de pequeño me interesaba por la música, el dibujo y la escritura. Mis redacciones en la escuela ganaban siempre premios y ya me obsesionaba no cometer faltas y expresarme bien. Compaginé ser músico con la Filología y luego me centré más en las palabras, por así decirlo. Acabé la carrera en España y luego me fui a EEUU, donde obtuve un máster y un doctorado en lingüística. Ejercí de profesor durante 5 maravillosos años en una universidad en Chicago. Allí entablé amistad con mi ahora socio Alrick, doctor en Literatura Española y experto en Galdós y la literatura del siglo XIX. En muchas ocasiones nos contactaban empresas para que les tradujéramos páginas web y documentos de todo tipo. Descubrimos que nos gustaba mucho traducir y decidimos fundar nuestra empresa en 2007, Lexik Translations.

Pagina web Lexik Translations